Estrategia

Recursos Humanos

Recursos Humanos En una economía en la que la creación de valor está totalmente ligada a los bienes intangibles, principalmente el capital humano, se requiere demostrar a través de herramientas de medición, la contribución de las personas a la estrategia de negocio. Hasta un 85% del valor de una empresa se fundamenta en sus activos intangibles, esto es un dilema interesante ya que el activo más importante, es el menos entendido, el menos apto para medirse y el menos susceptible para ser dirigido.

La demanda para los profesionales de Recursos Humanos es lograr transformar su aportación, ser estratégicos y demostrar su contribución en tres vertientes:
  • Nuevas oportunidades para RH.- Investigar el potencial que como área se tiene y sobre todo crear conciencia de que ser socio estratégico del negocio no es un título que se adquiera de manera sencilla, requiere  una nueva visión de la arquitectura de Recursos Humanos; un nuevo rol, un sistema mas amplio que dé como resultado la modificación de conductas y el incremento en el desempeño de los trabajadores.
  • Nuevas demandas de impacto y  responsabilidad para RH.- El reto de Recursos Humanos consiste en demostrar el retorno de inversión de sus procesos, acciones y decisiones.
  • Nuevas perspectivas de medición del rendimiento de la organización.- Tomar el reto de desarrollar su habilidades e incrementar sus competencias para hablar el lenguaje de los negocios y demostrar con evidencias que sus acciones contribuyen al logro de los objetivos corporativos.
La materia prima de Recursos Humanos son las personas, y una realidad palpable es el hecho que dentro de las organizaciones existen personas que crean valor, y a la vez, también existen otras que lo destruyen. Cuando los profesionales del área, logran identificar esta diferencia y a través de sus procesos orientan y fortalecen acciones productivas para conservar y multiplicar a los primeros, y a la vez, establecen acciones preventivas y correctivas para el personal considerado destructivo, aún cuando se trate de personas de alto nivel jerárquico dentro de la organización, su función adquiere relevancia.

Al  igual que ocurre con la tecnología, cada vez más accesible y al alcance de la mayoría, su valor se encuentra en las personas que la usan, comparten y capitalizan. De igual forma ocurre con la innovación, generación de valor y sustentabilidad, que solo se logra a través de las personas. Ante esta realidad, la gestión de las personas debería ser prioridad organizacional, no obstante, aunque existen directivos que reconocen esta prioridad, una inmensa mayoría lo consideran de segunda división, y es ahí donde Recursos Humanos debe influir para que el Talento Humano ocupe el lugar que le corresponde.

La mayoría de los directivos, por formación, tienen un mapa mental numérico y financiero que aplican en su toma de decisiones, que se ven rodeadas y apoyadas por datos objetivos de relevancia y para ellos lo que se mide es importante porque se puede modificar.  La problemática de Recursos Humanos es que está en desventaja, pues su día con día consiste en trabajar con elementos como motivación, liderazgo, compromiso, que son de alta trascendencia, pero al no estar ligados con parámetros de medición cuesta trabajo demostrar su relevancia y aportación a la empresa.  

Los profesionales de Recursos Humanos deben empezar a construir datos de referencia para medir las áreas con las que trabajan. Requieren familiarizarse con gráficos, análisis comparativos, referencias, mejores prácticas, etc., y  demostrar a la alta dirección, la relevancia de sus aportaciones. Un activo estratégico es el conjunto de recursos y capacidades requeridas por las empresas, el reto para los expertos del área es convertirse en potencial competitivo permanente. Hay que empezar por entender la estrategia de negocio y hacer de ella una prioridad. Es decir, traducirla en objetivos concretos, salirse del discurso y empezar a construir una nueva realidad tangible.

Principales retos que enfrenta Recursos Humanos:
  • Concentrarse en estrategias para gestionar mejor el talento y llevarlo a niveles de desempeño de alta competitividad.
  • Explotar al máximo los beneficios que puede ofrecer la empresa y lograr que apoyen el rendimiento tanto individual como de grupo.
  • Hacerse responsables de su propio desarrollo, pensar en ellos mismos e incrementar sus propias capacidades para estar a la altura de los mejores, integrando sus propios cuadros con personas calificadas que agreguen valor.
  • Aprender a vincular el rendimiento de la organización a sus acciones y decisiones. Demostrar su contribución e impacto empresarial, es decir, adoptar una perspectiva totalmente distinta centrada en cómo ayudar realmente a crear valor.
Una realidad que deben enfrentar al analizar la estrategia de negocio de la empresa a la que pertenecen, es situarse en que la respuesta está en seleccionar a las personas responsables de llevarla a cabo, identificar las competencias requeridas por el personal clave para dar la respuesta esperada y aquellas conductas y comportamientos de naturaleza estratégica que complementan la actuación exitosa de las personas. 

El rendimiento sostenido y superior de un negocio requiere que la empresa perfeccione su margen competitivo. Esto demanda flexibilidad, innovación y capacidad de reacción. Como ejemplo significativo se puede mencionar que si bien es cierto que los conocimientos y experiencia son fundamentales para el logro de resultados, en realidad el éxito está ligado al desarrollo de habilidades más estratégicas como visión sistémica, toma de decisiones con participación grupal y apertura a nuevas formas de abordar los problemas.

Finalmente y no por ello menos importante, conservar la congruencia como área y durante su gestión. Se precisa tomar un rol más proactivo, de mayor liderazgo y considerando lo siguiente:
  • Brindar claridad a través de los procesos y asegurarse de que las personas comprenden su rol y cuentan con los elementos para lograr sus metas.
  • Aprender a identificar indicadores de relevancia, enfocarse en lo realmente importante y diseñar una forma de cómo medirlos.
  • Hablar el lenguaje de la alta dirección, hasta lograr credibilidad demostrando su influencia y aportación empresarial.
  • Buscar ser numeradores que contribuyen al crecimiento empresarial, más que simples denominadores preocupados sólo por reducir costos y gestionar personas.